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Artículo 19

Diabetes: Un desamor heredado

La diabetes es una enfermedad caracterizada por dar un cuadro de hiperglucemia, o sea el aumento de glucosa (azúcar) en sangre, y tiene dos formas clínicas de expresión: la insulino dependiente o tipo 1 y la que se adquiere a la mediana edad de la vida, que se conoce como tipo 2. Hoy hay otras clasificaciones, pero utilizaré esta a los fines didácticos.

Lo que se sabe es que para que se produzca esta enfermedad se registra un mecanismo de autodestrucción a nivel de las células beta de los islotes de langherans, ubicadas en la glándula pancreática, más exactamente en su porción endócrina, que es donde se produce la insulina. La falta de producción de insulina hace que se vea imposibilitado el transporte de glucosa (energía) a los músculos y por lo tanto se vea aumentada la glucosa en sangre. El aumento de glucosa en sangre en la diabetes tipo 1, la infanto juvenil, como se la conoce, trae rápidamente un cuadro clínico característico de poliuria, polifagia y polidipsia, que con el tiempo, acarrea graves complicaciones.

Toda esta breve introducción en el tema es para referirme especialmente a la diabetes tipo 1 o insulino dependiente, enfermedad que tiene una predisposición hereditaria.

Para ver si podemos poner un poco de luz en esta problemática voy primero a incursionar por la etimología de la palabra diabetes, que proviene del latín diabetes y esta, del griego, y que significa correr a través o atravesar. Por otro lado, sabemos que en hebreo “dia” es dos y “beth” es cama. Podríamos pensar que la diabetes proviene de una dificultad que se desliza a través del amor de dos, en una familia: la madre y el padre. En esta dificultad en el amor se revelan dos tipos de conflictos que operan simultáneamente, el primero es de gran resistencia y el segundo de repugnancia, ambos heredados por el paciente diabético.

Es muy interesante prestar atención a la sutileza de la calidad de dicha herencia: lo que se hereda no es la genética, sino la ética del gen que traduce la dificultad del amor de los padres, en un problema que tiene un operador orgánico en el hijo. Entonces, cabe preguntarnos por la razón del aumento de la glucosa. Pareciera que el paciente fuera el equilibrio que sostiene este sistema familiar, es decir, su páncreas lo que hace es develar el desamor de los padres, imprimiendo una sobrecarga de dulzura imposible de canalizar.

Para entender la línea de pensamiento que les estoy proponiendo, voy a relatar un caso clínico que atendí el año pasado. Se trata de un paciente de 32 años que consulta por cefaleas importantes y diabetes tipo 1, insulino dependiente desde los 7 años de edad.

Javier se definía como una persona inestable, susceptible, impaciente, al que le costaba transitar por momentos de pérdidas. Muy reservado, no hablaba con nadie y muy pocos eran los que sabían que era diabético ya que no compartía este sufrimiento con los amigos. Relataba que durante el verano, de más joven, no veraneaba en la playa porque le costaba mostrar su cuerpo en público.

Tomando los siguientes síntomas, con el modelo revolucionario de la toma del caso que nos enseñó el maestro San Karan:

1) trastornos por pena

2) “impulsivo

3) deseo de jamón crudo

Pude indicar un remedio que se llama Uranium Nitricum, con un resultado asombroso que le permitió al paciente salir de su encierro psíquico, ser más sociable y producir un cambio en su vida de relación familiar.

Las cefaleas desaparecieron luego de tres semanas de tratamiento y luego de tres meses también disminuyó notablemente la dosis de insulina, hasta inclusive llegar a picos de hipoglucemia que fueron rápidamente compensados.

Después del cuarto mes de tratamiento, los padres de Javier se separaron, a pesar de la cantidad de años que estuvieron casados. El paciente pudo establecer una relación de pareja duradera, que mantiene actualmente.

Mucha gente me pregunta si podría definir la homeopatía con pocas palabras. Simplemente les digo que es la medicina de la quintaesencia, ya que trabaja en todas estas dimensiones.

Hasta la próxima!

Dr. Sergio Rozenholc

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