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Artículo 24

¿Dónde éstas amor de mi vida que no te puedo encontrar?

La problemática de la sociedad actual que parece estar mas ligada al sufrimiento que al placer me hace recorrer la mirada sobre todas aquellas almas solitarias que por diversas razones como: omisión, succión, separación, divorcio, viudez, solteros, desengañados, incompatibles, casados, etc, etc, están solas.

¿A quién eligen cuando están solos?

¿O no es una elección el estar solo?

Decía la madre Teresa de Calcuta que el amor es una fruta que crece en todas las estaciones y que todos tienen al alcance de la mano. Pero seguramente para poder circular en el amor es necesario conocerse a uno mismo y a todo aquello que le da sentido a nuestra vida (incluyendo el amor).

En este camino hacia el amor le voy a pedir ayuda al profesor Leo Buscaglia que fue titular de la cátedra de Amor en la Universidad de California Sur, EEUU.

Escribió una obra muy vasta sobre el amor pero voy a transcribir una entrevista en televisión.

Fui invitado a un programa de televisión popular que salía al aire a la noche, dice Leo Buscaglia, y desde el momento en que entre en escena me di cuenta de que el conductor casi no sabía quién era yo y qué pensaba. Estaba convencido de que una persona que dictaba clases sobre el amor debía de estar algo demente y, por lo tanto, intento encarar la entrevista como una gran broma.

- ¿Es verdad que usted afirma que debemos amar a todos?

- preguntó.

- Sí. Debería ser así - respondí.

- Bueno - rió -, eso no sólo es loco sino que, además, es imposible. No amo a todo el mundo. Ni siquiera deseo hacerlo.

- Muy bien - le respondí -. ¿Pero a quién excluye? ¿Y por qué razón?

A pesar de su locuacidad, se quedo mudo.

Estoy convencido de que cuando entendamos completamente la verdad del amor y aceptemos la vulnerabilidad universal del ser humano, desarrollaremos la empatía suficiente para poder amar, incluso a aquellos a quienes nos resulta imposible amar.

Amar significa tener la habilidad de identificarnos con la imperfección y reconocer los defectos, debilidades, temores y confusiones dentro de nosotros y en los demás. Amar lo imposible es siempre un desafío. Es mucho más fácil rechazar a las personas por sus errores que acercarnos a ellas. Me pregunto por qué siempre nos inclinamos a encontrar errores fatales, en vez de buscar cualidades que las compensen.

Pero el personaje que desde el siglo 43 a.C. impuso su arte de amar fue Publio Ovidio Nason en Roma.

En su libro tercero nos va decir que el amor se va como a la guerra con sus mejores ropas y les brinda a los amantes especialmente a las mujeres una serie de técnicas de sutil seducción que recibieron en su oportunidad un clamoroso recibimiento en la antigua Roma y que a través del libro (El arte de amar) perduraron hasta nuestros días.

Pero de ninguna manera voy a ocupar el lugar de Ovidio cuando escribió remedios para el amor sino que a través de estas letras quiero acercarlas a la homeopatía unicista verdadera madre de la ciencia en virtud de su templo que lleva casi en sus entrañas como la LEY DE LOS SEMEJANTES.

Me preguntaba si en ciencia hay alguna otra medicina que cura con la ley de semejantes que si uno se la pone a descifrar no es otra cosa que una ley extractada desde el amor.

Hay quien dice que la homeopatía curaría por el amor de un semejante, tal vez esta sea una verdad a medias ya que toma una parte de la teoría pero una parte que es la piedra angular de la misma.

La idea que me gustaría transmitir hoy es la de disponibilidad.

En los cruces amorosos el sujeto debe estar disponible y creo que la homeopatía en esto tiene mucho para brindar. Si nos fijáramos solamente algunos de los síntomas que tenemos en el Repertorio Homeopático:

gente que se ama demasiado a sí mismo (Plat., Lyc., Verat., Staph.)

infortunado en el amor (Hyos, Ign., Bell., Phop. Acid., Caust.)

amor desesperado (Caust.)

amor excesivo (Staph., Calc., Nv., Verat., Lyc.)

decepción de amor (Aur., Ign., Lyc., Nat. M., Ph.-Ac., Puls., Staph., etc.)

enfermo de amor (Ant. C., Til.)

amor por hombre casado (Nat. M.)

Trastornos por amor desdichado (Bell., Calc. Ph., Caust., etc.)

Trastornos por amor no correspondido (Tarent.)

Amor excesivo por sí mismo (Plat.)

A pesar de que en el repertorio homeopático no hay síntomas referentes a la disponibilidad, hay una buena cantidad de ellos que indirectamente hacen mención a ella, y por la cantidad que hay no es posible enumerar en este trabajo.

También ligada a la disponibilidad tenemos la denominada queja y aparece como por ejemplo del lado de las mujeres, en la consulta se ve frecuentemente como “no hay hombres”.

Duelos irresueltos por parejas anteriores, conflictos infantiles hacen que un sin número de hombres y mujeres que parecen estar disponibles, no lo están, porque tienen sus cuerpos (y almas) ocupadas por estas situaciones irresueltas a las cuales tenemos que ayudar a resolverlas.

Por eso es importante la minuciosidad en la toma del caso por parte del médico porque en las almas que buscan otras almas generalmente gemelas hay que saberlas identificar, cosa nada fácil y sobre todo porque la situación en el amor no es una cuestión de búsqueda sino de encuentro.

Dr. Sergio Rozenholc

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