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Artículo 86

La Nueva Medicina

El día 29 de diciembre leí en un diario capitalino que en un instituto de Bariloche se estaba investigando, en hámsters, con mucho éxito una nueva terapéutica para tratar el cáncer, denominado bomba de neutrones.

Pensaba que esta es la hipótesis de investigación más fundamentalista que jamas he escuchado. La medicina alopática sigue pensando que estamos ante un gran enemigo y cuando más fuerte sean las armas, vamos a poder producir el aniquilamiento de la enfermedad (¿enemigo?).

Creer que hongos, virus, bacterias, células anárquicas, son los enemigos de nuestra propia existencia es tal vez ignorar la escencia de la cuestión humana.

Si por un momento pudiéramos imaginar una sociedad compuesta por algo distinto, en donde las bacterias podrían ser los empresarios, los virus las corporaciones, los hongos los obreros o trabajadores y en esta composición social manejar cierto grado de equilibrio en donde el aumento de cantidad de cualquiera de las partes produciría un cierto cortocircuito que alcanzaría al todo. Porque el cuerpo es un todo, llámese social o físico, por algo a ambos se lo denomina cuerpo.

En esta extraña homeostasis que los cuerpos han de tener tal vez este aumento de algunas de las partes podría por una parte, ser en desmedro de otro y si para evitarlo utilizo la formula del exterminio jamas estaría entendiendo que nos quiere expresar ese aumento o desequilibrio que a veces es momentáneo otras veces permanentes (crónico) y en algunos casos poco significativo.

Los dolores y sufrimientos que se producen en el cuerpo social no son posibles de curar o mejorar con la terapia del exterminio o fusilamiento que propone la nueva terapia para el cuerpo físico de la bomba de neutrones para curar ciertos tipos de cáncer.

Esta analogía del cuerpo social con el cuerpo real del ser humano trata de mostrar que no es posible entender el sufrimiento de un sector del cuerpo sin entender la totalidad. Porque es la totalidad que además es mucho más que la suma de sus partes la que nos va a hablar de un conflicto o dolor o desequilibrio o sufrimiento.

Entender la propuesta homeopática para el milenio que comienza como un camino posible para no seguir fragmentando al ser humano como tampoco en otra lectura lo haríamos con el cuerpo social.

¿Cuándo aniquilamos una parte del cuerpo en pos de destruir algo de ese enemigo? ¿Qué estamos destruyendo?

A veces me pregunto ¿en qué pacto de silencio hemos incurrido los médicos al no entender el discurso del cuerpo? ¿O no es un silencio sostenido un órgano que no funciona?

Como se pudo observar entre el silencio de los órganos y los cuerpos fragmentados y muchas veces aniquilados por drogas que creían que nos iban a traer la panacea para nuestros cuerpos seguimos sin poder alcanzar a comprender de qué sufren los cuerpos.

Cuerpos a veces mutilados por cuestiones quirúrgicas parecen tartamudear cuando pedimos a los pacientes que nos cuenten que les ha sucedido.

Creo que llego el momento de la NUEVA MEDICINA que conjuntamente con la homeopatía tienen un nuevo mensaje más esperanzado para el milenio que comienza porque son medicinas para humanos con cuerpos humanos y problemas humanos y practicada por médicos humanos que son seres humanos.

Dr. Sergio Rozenholc

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