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Samuel Hahnemann

Los más inestimables tesoros
son una conciencia irreprochable
y una buena salud; el amor
a Dios y el estudio de uno mismo
dan la una, la Homeopatía da
la otra.
París, 12 de marzo de 1843.

Si tuviera que sintetizar en una sola palabra todo el descubrimiento Hanemanniano

me remitiría al amor. Ustedes se preguntarán porqué.

Hahnemann produce un viraje radical en la relación médico-paciente, pasa de una medicina cruenta a una humanizada. Ubica el dolor humano en una dimensión totalizante llena de sentido. Transforma a la medicina monocromática que hasta entonces existía (alopatía), en una medicina llena de colores (homeopatia), comprendiendo a los mismos como el sufrimiento de la luz, y es en este contexto donde enuncia la ley de los semejantes, piedra angular del edificio homeopático.

Aristófanes en la antigua Grecia nos hablaba del mito del andrógino como precursor de la cuestión amorosa, sin embargo nunca he visto tanto amor y tanta sensualidad como en la fusión de un síntoma patogenético de un paciente y el remedio similimum que comprende la totalidad de su sufrimiento.

Tal vez, la metáfora que da vida es descubrir, “que la homeopatía cura por el amor de un semejante”.

Dr. Sergio Rozenholc

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