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¿Todas las posibilidades existen al mismo tiempo?

Hace unos días, mientras leía el libro titulado "Desayuno con partículas" escrito por Sonia Fernández Vidal, encontré una fábula titulada "La moneda y el destino" que dice que, durante una batalla trascendental, un general japonés se decidió a atacar.

Aunque su ejército era superado en forma considerable en número, estaba totalmente seguro de que vencerían, pero sus hombres albergaban serias dudas.

De camino a la batalla se detuvieron en un santuario religioso. Después de rezar con sus hombres, el general sacó una moneda y dijo bien alto: -Ahora lanzaré esta moneda. Si es cara, venceremos. Si es cruz, perderemos. El destino se revelará ahora mismo. Lanzó la moneda al aire y todos la miraron con ansiedad mientras caía. Salió cara.

Los soldados estaban tan rebosantes de alegría y confianza que atacaron vigorosamente al enemigo y vencieron. Después de la batalla, un teniente le comentó al general "nadie puede cambiar el destino". - Absolutamente correcto- respondió el general mientras mostraba al teniente la moneda, la cual tenía cara en ambos lados.

Esta fábula nos hace pensar a los médicos, la importancia que tiene en el paciente su inclaudicable convicción, de que, ante cualquier tipo de evento que haya desencadenado su enfermedad, esta es una oportunidad para elegir que algo cambie en su vida, y que para curarse, la actitud está por encima de la aptitud, con lo cual nos transformamos en artífices de nuestro propio destino.

En el mundo de la física cuántica esta idea se ve plasmada en el enunciado que dice que "todas las posibilidades existen al mismo tiempo" y, a pesar de que algunos sostienen que es imposible elegir cuál posibilidad o bien saber qué partícula colapsará, hay un instante que es sublime, en el cual se juega un tipo de elección que es totalmente inconciente y pertenece al paciente. Es como si la vida le presentara a un sujeto un dado de tres caras, la primera dice pasado, la segunda futuro y la tercera dice presente. Si se toma la elección del presente, le permitirá al paciente poner en marcha todos los mecanismos de supervivencia y de sanación, sabiendo que elegir el presente es incluir la creatividad durante este camino de superación. Tener conciencia que la creatividad deviene del pensamiento lateral que es presente, y que si eligiera cualquiera de las otras dos caras quedaría como un barco sin rumbo.

Hay un detalle más, y es que el médico debe tener la misma sintonía que su paciente en la elección, ya que de lo contrario condiciona el proceso (el observador condiciona lo observado).

Esta sutileza a la que estoy haciendo referencia nos permite a los médicos generar en el paciente, las herramientas para que en situaciones de una gran complejidad, se apoye en el pensamiento lateral para que, a través del proceso creativo le permita superar la adversidad.

Dr. Sergio Rozenholc

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